miércoles, 12 de diciembre de 2007

Una Mala Aplicación de la Propaganda

Por: Blanca Patricia Arroyo Madrigal.

Ya no es extraño encontrar todo tipo de propaganda en puentes peatonales, bardas, postes, cruceros viales y pasos a desnivel, sobre todo si nos encontramos en periodo de elecciones políticas. ¡Qué terrible es el aspecto de la cuidad y de los demás estados de la República!, invadido de propaganda sin una preparación previa, con el sólo instinto de transmitir un mensaje, sin algún análisis o estudio de mercado, es decir, encontramos propaganda que no se basa en las necesidades de los electores y mucho menos en el potencial real de los candidatos, una propaganda que en vez de proporcionar información que ayude a la gente a tomar una buena decisión, sólo ataca a los otros candidatos, propaganda obsoleta, que desanima a lo electores a votar y genera abstenciones, confusiones y rechazo de los mismos.

En su libro Propaganda y Manipulación la española María Victoria Reyzábal [1] , poeta, ensayista, crítica y narradora, afirma que: “…la propaganda es un proceso de información y persuasión, de contenido ideológico, que persigue modificar las actitudes de las personas, con objeto de adecuarlas a los objetivos deseados”.


En ocasiones llegamos a confundir a la publicidad con la propaganda, no obstante son conceptos diferentes.

Quizá una de las razones por las que confundimos estos dos conceptos, es que los políticos ya no sólo se hacen propaganda, sino que ahora también desean venderse al público, tal como un producto de mercado, es decir, no consideran prioritaria la ideología del candidato, sino la forma en que se presenta el producto (candidato), para satisfacer las necesidades o expectativas del público (electorado); sin embargo, no deja de ser propaganda, pues la principal intención de sus campañas es transmitirnos una ideología con un contenido persuasivo de manera implícita para lograr convencernos y obtener nuestro voto.

En cambio la publicidad es una herramienta de la comunicación que presenta las características de un producto o servicio determinado a “x precio”, dirigido a un target específico pero impersonal, con el objetivo de dar a conocer el producto o servicio y que este mismo sea adquirido por el público, pero lo que nos permite distinguir a la propaganda de la publicidad, es que esta última es de carácter meramente comercial, es decir, engloba de manera implícita conceptos como producto, compra, venta, precio, público, entre otros, a diferencia de la propaganda que trata específicamente de una idea que se desea transmitir.

Lo que sucede en nuestros tiempos es que los electores son más estrictos, y provocan a su vez mayor exigencia de calidad en la propaganda de las campañas políticas, que están muy por debajo de lo que se requiere, y a esto le agregamos los problemas que causan al fabricar exageradas cantidades de carteles, colocados en cualquier lugar suficientemente visible, que sabemos es por mucho excesiva, el mismo cartel en cada poste de la misma calle, contaminación, mucha contaminación visual y ambiental.


Lo más lamentable de todo esto es la asignación de presupuestos indiscriminados y absurdos para propaganda política, que llegan a ser de 5 a 7 veces más que los presupuestos destinados a programas gubernamentales de ayuda [2].

Basta con mencionar que en las elecciones presidenciales de julio de 2006, según Carmen García Bermejo, periodista de El Financiero y colaboradora de la Revista Mexicana de Comunicación, el Instituto Federal Electoral (IFE) destinó un presupuesto superior a 12 mil 920.6 millones de pesos para las campañas políticas y sin embargo los 3 principales partidos políticos, PAN, PRI y PRD, destinaron más de 100 millones de dólares a gastos de propaganda.

La ley prohíbe colocar propaganda en bardas, puentes peatonales, avenidas principales, en los cruces viales, entre otros lugares y establece que el material del que se elabore la propaganda sea reciclable y biodegradable [3], cosas que no son cumplidas jamás, y aún violando la ley con el material de los carteles y los lugares de colocación, nos enfrentamos al gran desperdicio propagandístico botado en las calles después de las contaminantes elecciones, de lo que todos hemos sido testigos alguna vez.


De hecho todos los lugares donde encontramos con mayor frecuencia la propaganda política están prohibidos, pero lo peor del caso no es eso, sino que no puede sancionársele a un partido político sólo y hasta que algún otro le denuncie, y como es muy obvio, ya que todos los partidos políticos violan la ley de esta manera, estos no se atacan de este modo, ya que todos saldrían perjudicados.

La propaganda política está hecha con el fin de convencer a los electores de una determinada ideología, usando todo tipo de medios y las más manipuladoras técnicas para lograr persuadirnos y de esa manera ganar votos. Pero lo importante aquí, es que nosotros como electores, tenemos la decisión y la libertad de informarnos acerca de los objetivos, las propuestas, la ideología y todo lo que nos interese de cada candidato, para así elegir y realizar de manera responsable nuestro voto.

Fuentes de Consulta

Herbert, F. Holtje. Mercadotecnia. McGraw-Hill, 1992.
Reyzábal, María Victoria. Propaganda y Manipulación. Acento Editorial, Madrid, 1999.
Philip, Kotler; Keith K. Cox. Estudios de Mercadotecnia. Diana, 1982.
http://chasqui.comunica.org/index.php?option=com_content&task=view&id=558&Itemid=138

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[1] María Victoria Reyzábal poeta, narradora, ensayista, y crítica, nace en Madrid en 1944. Es especialista en Filología Hispánica y en Didáctica de la Lengua y la Literatura. Ha publicado numerosos artículos, ensayos, cuentos y poemas en revistas especializadas de España y el extranjero.

[2] De acuerdo con el reportero José González Méndez, del diario La Jornada.

[3] La fracción V, del artículo 67,de la Ley electoral, dice que la propaganda “será de material reciclable, fácil de retirar, biodegradable y que no modifique el paisaje ni perjudique los elementos que conforman el entorno natural ”. La fracción B del mismo artículo, prohíbe la fijación, inscripción y distribución de propaganda en calzadas, avenidas, carreteras y elementos de equipamiento urbano.

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• Patricia es alumna del bloque A de la Licenciatura en Comunicación Multimedia.